06.12.2005 Manifiesto

Manifestación Unitaria 6 de Diciembre 2005

Manifestación Unitaria 6 de Diciembre 2005

La Constitución monárquica de 1978 aparece cada vez con más fuerza ante los ojos de los trabajadores, de las capas populares y de los pueblos que forman el Estado español, como un fraude inmenso a la historia, a los luchadores que conquistaron la II República y al progreso.

Los prolegómenos de esta Constitución, con el asesinato de cinco antifascistas ejecutados el 27 de septiembre de 1975, después de una farsa de juicio ( como todos los juicios políticos de la dictadura ), indicarían el camino de la represión contra el movimiento popular que estaba decidido a desterrar el fascismo del poder del Estado. Los asesinatos de la calle Atocha y otros muchos a manos del aparato del Estado franquista constituyó la respuesta de las fuerzas reaccionaras a la voluntad de progreso del pueblo.

Un rey designado por el dictador, impuesto con la aquiesciencia de las direcciones de las principales organizaciones políticas y sindicales de la época; una Constitución que garantiza la prepotencia y los privilegios de las castas parasitarias y especulativas, con la subordinación de la clase obrera y el pueblo a la explotación más sangrante del aparato del Estado monárquico. Ninguna responsabilidad para los que cometieron torturas, represión, crímenes y genocidio en la dictadura y ningún reconocimiento para aquellas víctimas del golpe de estado contra la República cometido por las fuerzas fascistas.

Hoy treinta años después, la burguesía más reaccionaria sigue imponiendo su política a una mayoría de ciudadanos. En términos de vida diaria la situación de las clases trabajadoras y populares no cesa de empeorar: la vivienda, lejos de ser considerado el bien social que es, se ha convertido en coto de especuladores y miserables públicos y privados; las condiciones de vida y de trabajo empeoran día a día; la última reforma del mercado de trabajo es una nueva agresión a los derechos sociales y laborales de los trabajadores. Toda una generación de jóvenes está atrapada en una espiral de paro, precariedad y bajos salarios que le impide desarrollar sus expectativas vitales. Sólo se permite una visión de los problemas y de las soluciones: la que conviene a la oligarquía que controla los mecanismos de poder de la monarquía borbónica, igual que antes controlara los de la dictadura franquista.

Cuanto más se esfuerza Zapatero por que las aguas políticas vuelvan a su cauce, más en evidencia queda la imposibilidad de practicar una política de progreso sin sobrepasar los límites del régimen monárquico; cualquier intento de cambio en un sentido progresista, por tímido que sea, es atacado por el régimen y sus instituciones como un atentado a la convivencia y al consenso.

Régimen e instituciones que siempre han ignorado la soberanía popular y se han plegado a las órdenes del imperialismo ( como lo demuestra la rereciente aprobación de la “Ley de Defensa Nacional” ), implicándonos en la agresión contra Irak y en la ocupación de Afganistán, los Balcanes y Haití; que permiten a las multinacionales deslocalizar sus empresas, arrojando al paro a miles de trabajadores sin coste alguno, nos hablan de soberanía.

Y todo ante una pseudo izquierda sometida y avaladora del proyecto imperialista de la globalización capitalista, que rinde pleitesía a una monarquía designada por el tirano, que ha entrado en el campo de la corrupción de la mano y al lado de la derecha, aceptando unas veces y promoviendootras, el recorte de libertades y contrarreformas laborales, violando sistemáticamente la soberanía popular. ¿Cómo puede justificarse el consenso con quienes imponen una política económica que fomenta la especulación y la usura y cercena derechos sociales y laborales conquistados a lo largo de años de lucha? ¡No! Sólo es posible el consenso cuando se comparte la política. Y las clases populares no pueden esperar nada en términos de progreso, de quiénes han usado siempre los derechos de la mayoría como moneda de cambio para los sucios negocios de una ínfima minoría corrupta.

Hoy vuelve a estar en candelero una nueva “reforma” laboral, para seguir extendiendo la precariedad a todos los trabajadores. Patronal y Gobierno “socialista” apuestan por abaratar los despidos, por extender las ETTs, por reducir las cuotas empresariales y por consolidar la subcontratación… Las direcciones de las centrales sindicales CCOO y UGTestán jugando el papel de legitimadores de esta “reforma”, que sólo puede provocar más muertes como las de Granada o Puertollano. Las clases populares no podemos si no rechazar ésta “reforma” con todas nuestras fuerzas.

La reforma de los estatutos de autonomía, comenzando por el portazo recibido en el Congreso de los Diputados a la propuesta de reforma presentada por el Parlamento vasco, continuando por el escándalo montado en el mismo Congreso con la propuesta de reforma delEstatut deCataluña, que ha provocado una reacción en la derecha y en parte del partido del Gobierno llena de exabruptos y amenazas, que recuerdan a las proclamas franquistas, y la dificultad o imposibilidad de reformar el Senado para que cumpla la función de cámara territorial, demuestran los límites de una Constitución hecha al servicio de la oligarquía centralista, cuyo vértice se encuentra en la monarquía borbónica, usurpadora de la soberanía popular.

Pero esta misma monarquía y su séquito de aduladoresni siquiera plantean el derecho a la autodeterminación, ni mucho menos una transformación social, ni más poder popular, y sin embargo ceden, venden o alquilan bases militares americanas, subordinan la soberanía a la OTAN o a la Unión Europea, o no reparan trasladando las industrias o los servicios a otros países ¡qué patriotas son estos especuladores monárquicos!

Hace falta un nuevo proyecto que clarifique la situación y abra nuevas perspectivas a los trabajadores; a las capas populares y a los pueblos del Estado español, que sobre la base de los puntos básicos que siguen, puedan unificar las fuerzas republicanas para conseguir la 3ª República:

1.Recuperación democrática
2.Restablecimiento de la soberanía popular
3.Derecho a la autodeterminación de los pueblos
4.Independencia nacional
5.Derogación de la Constitución de 1978
6.Recuperación de la memoria histórica
7.Defensa de la República democrática, popular, federal y laica
8.No a laEuropa del Capital y la Guerra

Es la hora de la juventud,de luchar coordinados por el progreso y conquistar el futuro.

POR LA SOBERANIA POPULAR
POR EL DERECHO A LA AUTODETERMINACION
POR LA RECUPERACION DEMOCRATICA
POR LA INDEPENDENCIA NACIONAL
POR UNA POLITICA ECONOMICA Y SOCIAL DE PROGRESO
POR LA RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTORICA
POR UN ESTADO LAICO
¡VIVA LA III REPUBLICA!